Anuncio

Una hormiga tiembla
cuando mi pié baja y le recuerda
que es carne de cañón.
Y a mi no me estremece
mirar al suelo y verla.
Será que soy un cabrón.
O será que no me interesa,
que me da igual que viva o muera.
El caso es que es su camino
y fui yo el que se cruzó.
Esquivo a la hormiga y la miro
para ver cómo hace camino
adentrándose en el hervidero.
Sigo a la fila y me encuentro
que de un manzano se nutre la reina.
De sus ramas arranco una pieza
que me como y saboreo.
Así es la vida, anuncia el televisor,
donde si no fuera por Adán y Eva
nos moriríamos de inanición.
Disfruta la fruta, ¡por Dios!
que es el pecado lo que a la vida
alimenta y da sabor.
Pero sin burbujas, por favor.

No hay comentarios:

Publicar un comentario