Déjame

Tristeza que ahogas mis ojos,
que no me deja levantar la cabeza,
agotando mi fe y mi paciencia,
inundando mi vida de lodo,
pisando las ganas de todo,
enterrando mi risa en el fondo,
pudriendo mi alma con gozo,
matando los días despacio,
dejando morir las semanas,
machacando imponente los años,
déjame en paz, por favor.
Abandóname y desaparece pronto,
porque no puedo más.
Ya no aguanto el olor que desprende
mi vida podrida descomponiéndose
por la aflicción, la melancolía y la pena.
Que si me miro me doy hasta asco.

No hay comentarios:

Publicar un comentario