Opera - Rock

Introito: El Final

Una mala mirada
se pegó a mi cara,
y en mis ojos reflejada
una muerte no anunciada.
Quise huir de aquella dama
que vestía una guadaña
con la hoja reventada
de segar cada mañana
con el sol de madrugada
una vida que se acaba.

Un suspiro siempre ahogado
de mi pecho es arrancado
y en su filo retratados
los momentos del pasado.
Una cara he recordado
y he visto que has llorado
con los ojos ensangrentados
sobre mi cuerpo derramado
por el sol iluminado
por sus rayos señalado.

Movimiento 1: El Cielo

Donde ya nunca pasa nada,
donde todos juegan a ser Dios.
Donde no encajo para nada,
donde nunca pasará nada.
Donde se instala la depresión
donde no hay sueños ni razón.
Donde no suena esta canción.
No, no, no.

No quiero no pensar en nada.
No quiero que mi jefe sea Él.
No quiero el silencio de la nada
ni que nunca nadie levante la voz.
No, no, no.

Prefiero arder en el averno
y sentir mi sufrimiento
que esta falta de sentimientos.
Me voy.

Movimiento 2. La Escapada

Dame una razón para no ir al infierno
y despojarme del aire humedecido.
Quiero calor y no un destino,
la droga que arda en el camino.
Ya sabes a lo que me refiero.

Navego por el cielo de San Pedro
y me condeno a bajar al suelo
con el alma y con el cuerpo.
El cielo ya sólo huele a incienso,
y me mareo con tanto incienso,
el olor de los que no han vuelto,
el cielo ya sólo huele a incienso.

Nada nunca ha podido conmigo
condenado a sobrevivir contigo
repitiendo cada día el mismo recorrido
en una letanía de sudados suspiros.
¿Cómo quieres que muera sin tu olor?
Ese olor que el cielo ha escondido

Dame una razón para no ir al infierno
y quedarme en el edén medio podrido.
Quiero tu olor y no lo empíreo,
tus pies pisando sobre mi castigo.
Ya sabes que a ti te venero.

Epílogo. El Infierno

Nadie podrá nunca imaginar
lo que es esto, lo que siento.
Aquí dentro estoy comprometido
con el dolor y el sufrimiento.
Y el Amor es sólo un enemigo
que estruja el alma sin piedad
provocando el mayor desconsuelo
y una angustia y un tormento
que no te queda más remedio
que olvidar que un día existió.

Nunca podré volver a escuchar
tus pasos sobre ningún suelo.
Aquí dentro el aire está infecto
y tu olor ya no lo recuerdo.
El sonido es sólo un grito eterno
que encoge el alma sin compasión
no pudiendo escapar de su eco
recordándome que este tormento
ya no me quedará más remedio
que soportarlo por siempre jamás.

Por siempre jamás
Por siempre jamás

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