Una y otra vez

Suena una melodía en la noche
y tú sentada sola en la cocina
esperando a que venga él.
Se escuchan unos pasos detrás
y llorando te giras a mirar
lo que ya no volverás a ver.
Una mano se rompe en tu cara
y en el suelo sus pies se disparan.
Tiembla la luz con cada golpe
cuyo único motivo fue el alcohol.

Como cada noche al regresar
sus manos te buscaron sin avisar.
Pero aquella noche no se frenaron
hasta ahogar tu cuerpo en su charco
deshaciendo una vida de terror.

No es la historia de un maltratador,
es la historia de muchas mujeres
que cada noche se sientan a rezar
pidiendo a dios que no vuelva más
y que se ponen a temblar
cada vez que él llega tarde.

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