La próxima vez

Te sientas en frente mía.
Estás seria, diría.
Me vas a decir algo
que no me va a gustar.

Me miras con cierto trabajo.
Parece que no te atrevieras.
Me conoces desde hace tanto,
que quizás sea ese el problema.

Me das un beso cerrando los ojos.
Un beso corto, sin ornamentos.
Me abrazas temblorosa.
“No pasa nada”, te susurro.
Pero no te relajas.
No puedes controlar los nervios.

Sé que me vas a dejar,
pero no digo nada.
Espero las malditas palabras.
Lloraré con un millón de lágrimas.
Mañana lloraré otra vez.

Tranquilamente, te espero.

El abrazo se acaba y de nuevo me miras.
Tus ojos parece que vayan a empañarse
y tu boca se empalaga con el miedo.

Tus labios se separan para pronunciar
las palabras que quieres decir.
Cierras los ojos y se rompe el silencio.

Y de tu boca suena un “Te quiero”

Busco tus brazos, y en el abrazo
rompo a llorar como si mi alma se partiera.
Mi cuerpo se derrumba y tiembla
y el llanto no me deja ni respirar.
La angustia acumulada se dispara
y tus brazos son testigos de mi sufrimiento.

No estaba preparado y te diste cuenta.
Como una buena amiga me dijiste lo que quería
y me vaciaste sacando toda la mierda.

La próxima vez podrás decirme la verdad.

Gracias. Un beso. Siempre te querré.

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