Pérdida de tiempo

En todo esto lo raro es estar acompañado,
y a ver quien es el listo que dice que no.
Porque lo raro es estar aquí escribiendo
perdiendo el tiempo que ya no tengo, no.
Viviendo escondido en letras sin argumento
pero con el fundamento que da el hecho
de estar aquí por mi y para mi haciéndolo
desde tan lejos que casi no alcanzo a verlo.

Pero en la vida es lo que me toca y tengo
que por supuesto no comprendo pero acepto
como algo elegido a la sombra del destino
que mueve todo con su aire y su poder infinito.
Ay que ver que gris me ha vuelto el tiempo
que van teniendo ese color mis ojos y mi pelo
mientras el cuerpo y la espalda siguen cayendo
para ver el suelo y soportar este tormento.

Hace tiempo, ya todos me lo fueron diciendo
“eres joven y puede que incluso tengas talento”
y hace tiempo que yo a todos les vengo diciendo
“ya soy viejo aunque puede que sólo por dentro”
Y con eso he conseguido acallar sus consejos
y sus juicios de valor sobre la vida que ahora tengo.

¿Qué no escribo nada porque no lo encuentro?
Pues lo borro todo y me dedico a vivir del cuento.
Como este lamentable ejercicio de lamentos
que no hay quien lo entienda ni ganas que tengo.
Porque si alguien supiera decirme de que va esto
le ahorraría su vida y tanto malogrado pensamiento.
Así que ahora me voy, pero primero borro y luego cierro.

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