Es necesario

Deja de mirarme así.
Cada día me levanto y la mirada me vomita.
No es que no le guste lo que ve
si no que le repugna plenamente.
Y yo me repito una y mil veces,
eres el mejor, eres el mejor.

Parece que fue ayer cuando me dejaste.
Te fuiste con aire displicente
sin darme ninguna explicación.
Dijiste: es necesario. Me voy.
Desde entonces mi cabeza repite aquella frase
un día tras otro, como un enajenado.
No me diste ni una oportunidad
tirándome como a un vaso de cumpleaños
aplastando mi plástico blando con una mano,
llena de rabia, echándome la culpa de todo,
pisándome hasta hundirme en lo más hondo.
Te odio y te sigo amando.
Gracias por haberme hecho sentir algo.
Ahora ya nunca podré sentir nada.
Hubiera preferido que me mataras
a condenarme a este calvario.

Has conseguido que me eche la culpa de todo
y no me puedo ni ver reflejado.
Fui yo el que te perdí y no tú a mí.
Y ese pensamiento me está volviendo loco.
He luchado contra mi propio ser
tratando de ganar alguna batalla,
diciéndome que soy el mejor
alargando el tiempo
sabiendo que la guerra ya se perdió.
Y ya me he cansado.

Cada día me levanto y la mirada me vomita.
No es que no le guste lo que ve
si no que le repugna plenamente.

Ya no tendré que volver a verme reflejado
en el espejo que poco a poco se tiñe de vaho,
donde escribo que “soy el mejor”
mientras la vida se deshace en agua caliente.

Te pido perdón si alguna vez te hice daño.
Si alguna vez no te demostré todo mi amor.
Te pido perdón con el corazón en la mano,
que aunque cuando leas esto ya no latirá,
contigo lo hacía llenando mi cuerpo de vida.
Te pido perdón por haberte amado tanto
y aún así no haber sabido hacerlo bien.

Sé que sólo tú lo podrás entender.
Es necesario. Me voy.

No hay comentarios:

Publicar un comentario