Fumando

No, nunca se alcanzan las estrellas.
Allá donde ahora estés puedes gritar.
Las estrellas no dejarán de brillar.
No vives en la realidad
No has nacido aún.
Olvidarás que yo estuve allí
y que te hice soñar con poder volar.

Todo aquello que pensabas se ha ido.
Tú dijiste que me amabas
y ahora pierdes el tiempo entre hadas.
No vives en la realidad
No has crecido aún.
Puedes intentar hablarme
y allí estaré para poder responder.

Lo que un día bebimos se consumió.
Si tus manos me tocaran de nuevo,
si tu mirada asomara por la ventana,
verías que cada día sobrevive
con su propia esperanza.
Los edificios, si te fijas, están cansados
de estar siempre ahí, de pié.
Necesitas mis ojos.

No, nunca se alcanzan las estrellas.
Sorbes una taza de amargo café
y la noche se consume en tu boca.
No te quedes mucho tiempo
no has envejecido aún.
Saludarás a las maltratadas calles
como una luciérnaga llena de luz.

Yo mientras tanto caeré sobre la cama
imaginando lugares repletos de mí
y como un narcisista soñaré
con la belleza de mi ser llenándolo todo
sin pensar en cuál será el siguiente paso
llenando el tiempo de espeso humo.
Puede que me retrase.

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