Un año más

Estoy sentado delante de una pantalla.
Es jueves, o no, no lo sé. (¿Qué día es?)
La gente a mi lado parece alborotada,
raramente despreocupada. (¿De qué?)
¿Qué está pasando que a mí no me pasa?
Risas, gritos, y ruidos extraños
conforman un panorama deshabituado.
Y la pantalla que se tiñe de marrón claro
por la mierda cagada de algún extraño.
Me piden, me suplican una sabia respuesta.
(¿Será que nadie quiere saber
o qué en realidad yo sé demasiado?)
El mundo se nutre de una pléyade de vagos
que prefieren traspasar a ser traspasados.
Así que ahí me quedo, en la silla plantado
mientras se va haciendo el silencio
en un desierto de moqueta y despedidas.
Lo mismo te creías, que por una vez,
(por una puta vez ¡joder!)
tú también te escaparías en la huída.
Pero no. Tu vida es tu rutina,
y la rutina la droga que consumes día a día.
Año a año, como éste que pronto se termina.

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